Juan Pablo de Ávila Amador*
….PROLEGÓMENO: Novela policiaco epistemológica de la vida cotidiana…
…curioso, todo es curioso, si no fuera curioso tal vez no existiría la literatura… …era una tarde-mañana en que fui a la mesa de la esquina, a invitar a Joel Terrones y a Ricardo Pérez a que publicaran en un suplemento lacónicamente llamado “Bien Mucho”. Recordé al papá de este último, un viejo amigo, guerrillero del grupo “Lacandones”
–que por cierto, aparece reseñado en el libro “Fuerte es el silencio” de Poniatowska, a LA cual, como el gurú, de seguro desprecian, (advenentum El innombrable*) por su precaria calidad literaria–… …la primera especulación primitivista (Fabían le llamó crítica arqueológica) de un metametatexto de un título del cual Joel Terrones –nunca pudo encontrar el entrecortado, porque lógicamente era un metaentrecortado de un poema de Rimbaud: ¿O se escribirá Rimbeaud? – habría que pedirle un concejo al consejo, o cuando menos a Erik Kapton, porque el EriK Klapton con “KKaaAA” suena más cafquiano… …REcuerdo uno de los tantos errores ortográfico semánticos que ha tenido el propio periódico (¿empresa concesión?): en una entrevista a Angélica de La PeÑa, traían a cuento los pactos de ”La Moncloa”, que sin embargo son retraducidos por La jornada ( S.A. de C.V.) como los Pactos de Monclova (¿Serán los Coahuila entre Villa y el general Gómez?). Tiempos en que era corrector Adán Brand. Este sentido de chiste ortográfico semántico lo había utilizado previsiblemente el embozado de Joel Terrones, para luego ser reutilizado por Jorge Álvarez en sus bien muchas razones para desaparecer el Bien Mucho.
…PRÓLOGO: Después de seis meses, el suplemento “Bien Mucho” desaparece, el director de éste medio se desaparece, el colectivo se retira, y se solicita la aparición de la carta de renuncia en el correo ilustrado. Pasan los días y nada aparece: “Aquí todos han estado muertos, podridos, muertos” diría mi maestro Desiderio …El suplemento: nunca existió. …
….INTRODUCCION: Me cae que todo esto no tiene nada que ver ni con Kafka, ni mucho menos con la obra de “Puesta en Escena” DEL GINGER y el teatro del Absurdo de Ionesco… …y recordando a Sicilia, “… un autor nunca debe responder a un crítico, sobre todo si su argumentación es tan banal que aporta nada a la obra del autor ni a la literatura.”–En mi caso había permanecido sin responder a muy diversas provocaciones, conste que esto no es Kafkiano pero aquí aparece un Chamuco y una crítica a mi libro: “Iba por ahí con los ojos metidos en las miradas rotas”. La crónica de la muerte de un suplemento anunciado, no se inscribe como un mero berrinche de un pequebu con juguete nuevo, ni como los chillidos de las pobres víctimas a las que ni gracias les dieron. No, la muerte de este proyecto implica a muchos escritores, jóvenes y con trayectoria, diversas visiones de ver la promoción y difusión literaria; implica el inicio de un debate sobre cuál es la cultura literaria que queremos. La desaparición del “Bien Mucho” muestra el avance de un reducido grupo que persigue los puestos burocráticos y académicos para imponer su visión cerrada y elitista de la literatura. La desaparición del Bien Mucho expone preclaramente el avance de una derechización de la cultura literaria local… Así, respondo por salud mental a toda esta sarta de entramados, en donde se ha agredido y difamado a muchas personas entrañables…
DESARROLLO: … la Literatura es un hecho humano, un acto que todo ser realiza más allá del derecho o del deber. La literatura, a pesar de las academias, de editoriales o de los grupúsculos “escriturales”, es un acto que realizan los humanos para ver y rever su “realidad, su universo y su mundo”. Esa expresión estética a través de la palabra “es”, nadie la puede aniquilar. Es esta visión pequeñoburguesa la que pretende reencarnar la visión cerrada de Siqueiros: “Aquí no hay más literatura que la nuestra”… Es hasta el advenimiento de la aristocracia esclavista y la burguesía vampírica que, como diría Sicilia, se destruye “la voz de la tribu” y se persigue volver propiedad privada a la literatura…
…esta visión pequeño burguesa pretende imponer “La Auténtica Literatura”: la visión del Dios, el patriarca, el jefe de las letras: el advenimiento del lomo plateado de la palabra… …con esta visión de mercado burgués todo es competencia: La literatura es el premio de los quincemil. La regla se impone, la norma y la tradición son lo correcto, el conservadurismo de lo formal: la sustancia de los escritos, la palabra así, está en el diccionario y en la enciclopedia, todo lo demás es artesanía, dialecto, baratija, KALÓ, panfleto…
…derechización de las visiones: dictadura de las imágenes. Lo triste es reconocer que una mayoría de los embozados, son egresados de la carrera de “Letras Hispánicas” de la UAA; por ello, los reportes de lectura que aparecen en su blog, muestran una crítica que únicamente cae en lo formal, en lo banal de la estructura, en lo mínimo indispensable para la crítica de un texto...
… Elemento nimio al que no quise contestar: Que el entrecortado del poema, Que si Clapton con “K”, Que el índice con diferente tipografía, Que si era o no una compilación y Por qué no puse esta indicación en la portada –en este caso debo de reconocer que nunca había leído una disertación tan amplia para dilucidar si un libro es o no, una compilación de poemas; habrá que solicitarle a Jorge Ávila Storer (Tenga Chango su Banana) o a Lupita Montoya que agreguen una materia al respecto en la carrera, para que los futuros egresados no tengan estos angustiantes dilemas literato-existenciales, Porque Joel Terrones hasta la página cincuenta se percató de que era una compilación– o el porqué coloco diversa tipografía o mayúsculas entre las letras, como en este caso: por las meras ganas, como “LA ELEFANTITA”**…
…banalidades como ensayos, escritos que son meros reportes de lectura… …el ensayo es un género complejo y posiblemente de los más nobles, de los más arduos en la literatura, y su esencia dista mucho de mera denostación. Arrogante el supuesto, en contraposición, que plantea que los ensayos de Ricardo Esquer, de Arturo Villalobos, Rodolfo Popoca o de Antonio Guerrero fueran inferiores –… …esta discusión estúpida, triste y lamentable es producto de pequeños grupos mezquinos y de camarillas resentidas que pretenden ver en la literatura sus puestos burocráticos o académicos. Triste que verdaderos embozados manipulen a los jóvenes para fines personales y de egos que lo que pretenden es seguir perviviendo del “Ser los Mejores” a expensas de denostar y hundir a los que no siguen su jueguito literario, editorial o seudo académico. No es gratuito que varios jóvenes escritores hayan decidido dejar o no entrar en la UAA y seguir sus estudios de Letras en alguna otra universidad: entre ellos, Ía Navarro, Rodolfo Meza, o más recientemente Andrés Reyes–…
…este debate no es de hoy e implica a diversos sectores de nuestras instituciones y grupos. La Universidad siempre ha sido un botín muy deseado, como también el InstituTo CulturAl de Ags, el Departamento de ediciones o el Centro de Investigación y Estudios Literarios de Ags. CIELA. En todos ellos hemos pugnado para que estas visiones cerradas y grupusculares no sean las que predominen, en contra de una política literaria de apertura y de amplitud de visiones. Sin embargo como vemos, y con el advenimiento del PAN y de estas “Letras Libres de Comercio”, estas visiones donde el escribir bien sin importar lo que se diga, imponen una visión derechista de la literatura…
… la derecha literaria pretende imponer la correcta verborrea, recordando a algunos maestros de la universidad que rechazaban los textos porque estaba mal escrito su nombre o el centro de estudios. Imposición de la forma sobre el fondo. Posición que niega la historia. Supuestos valores universales que anulan el debate filosófico: El Gurú dirá***: Cuál ideología, esa ya cayó con el Muro de Berlín: el liberalismo ha triunfado. La literatura es un mero juego anodino verbal. Para ellos la literatura es una y única…
…CIERRE: …pero para que se les enchile, seguiremos saliendo, porque de entre las más muchas contradicciones que planteó Joel Terrones, dijo que un 50 por ciento de mis textos han salido en ediciones del ICA. FALSO, más del 90 por ciento, han salido con organizaciones o editoriales independientes, como en su momento lo fue mi primer plaquette colectivo en Juchitán, Oaxaca, un municipio que se declaraba independiente y socialista en los años noventas...
… CONCLUSION: se percibe el saborcillo avinagrado de la derecha, que pretende privatizar a la UNAM y monopolizar a la UAA, Qué espacio quieren ahora destruir “¿Tierra Baldía?” ¿Péndulo 21? ¿ELLAS? ¿Aristegui? Triste, muy triste que el advenimiento de nuevos grupos literarios implique la destrucción de otros; triste que las políticas literarias se cierren, que las políticas de difusión y publicación se aburguesen en un falso clasismo que sólo beneficia a un interés individual de un futuro director, académico, decano, presidente, jefe, con salario al erario público…
FIN. –Baja telón y entran los hermanos Marx. Desde Luneta Terrones grita: -Porqué los Marx si no vienen en el reparto????? -Ricardo lo toma del hombro y le dice: Así es el Marxismo…
*Texto encontrado en la mesa de Juntas del periódico susodicho, adjudicado a Chepito MArihuANO, como esbozo de novela policiaca de “Kafka contra los Zombies” en la Ciudad de Ags. Este otro sujeto, se la plagió.
**Resulta que llega Mamá elefanta y le pregunta a sus tres hijas qué es lo que quisieran tener cuando lleguen a grandes y la primera le dice: Yo quisiera tener una trompa larga, larga. –Para qué Elefantita– Le preguntó su Mamá. –Para conseguir agua cuando llegue la temporada desértica. –Muy Bien elefantita, y tú, segunda elefantita ¿qué quisieras tener? –Yo quisiera unas orejas grandes, grandes. –Para qué elefantita–Preguntó su Mamá. –Para hacerme aire cuando llegue la temporada de calores. –Muy bien elefantita, y tú, tercera elefantita ¿qué vas a querer tener cuando seas grande? –Yo voy a querer unas pestañas grandes, grandes. –Unas pestañas grandes, ¿para qué elefantita? -Nomás de pinche loca.
***Se los Juro que nada tiene que Ver Andrés Manuel López Obrador, en este caso es un “Juanito” pero al revés.
sábado, 11 de julio de 2009
lunes, 29 de junio de 2009
Poemas de Dolores Castro
Cómo arden, arden
mientras van a morir empavesadas
las palabras.
Leñosas o verdes palabras.
Bajo su toca negra se enjaezan
con los mil tonos de la lumbre.
Y yo las lanzo a su destino;
en su rescoldo brillen.
Nunca Ceniza
¡Nunca será ceniza!
¡Fuego! ¡Fuego!
Impalpable coto de caza,
mundo de nuestro límites,
Inmenso.
Mundo con atadura de seda
y cerradura
con amoroso cerco de púas.
Mundo de nuestros límites:
hacia la media miel
la punzadura,
hacia la música el estruendo.
El paso llano
y a medio pie
el abismo.
¡Fuego, fuego!
¡Nunca será ceniza nuestro anhelo!
Intelectuales S.A.
Mientras tú trabajas,
yo pienso por ti.
Y si tú sufres,
yo sufro por ti.
Y si tú no comes,
yo ya comí.
Y si te matan
Yo no morí.
*Los poemas pertenecen al libro Soles
mientras van a morir empavesadas
las palabras.
Leñosas o verdes palabras.
Bajo su toca negra se enjaezan
con los mil tonos de la lumbre.
Y yo las lanzo a su destino;
en su rescoldo brillen.
Nunca Ceniza
¡Nunca será ceniza!
¡Fuego! ¡Fuego!
Impalpable coto de caza,
mundo de nuestro límites,
Inmenso.
Mundo con atadura de seda
y cerradura
con amoroso cerco de púas.
Mundo de nuestros límites:
hacia la media miel
la punzadura,
hacia la música el estruendo.
El paso llano
y a medio pie
el abismo.
¡Fuego, fuego!
¡Nunca será ceniza nuestro anhelo!
Intelectuales S.A.
Mientras tú trabajas,
yo pienso por ti.
Y si tú sufres,
yo sufro por ti.
Y si tú no comes,
yo ya comí.
Y si te matan
Yo no morí.
*Los poemas pertenecen al libro Soles
LA HABITACIÓN DE DOLORES
Destellos de ochenta y tantos años
Por Eva Terán Fuentes
Charla, a ratos, de Dolores Castro con Juan Pablo de Ávila, Francisco Martínez Farfán, José Luis Justes, Carolina Barrera, Claudia Santana, Oscar Santos y Eva Terán durante su visita a Aguascalientes en el marco de los homenajes efectuados con motivo de su octogésimo aniversario en 2003.
Una mañana de junio. Año de 2003.
Allá, en las entrañas de la Casa Terán, la palabra de Dolores se diseminaba lentamente en las sensibilidades de quienes la rodeábamos.
Ambiente silenciado por la palabra. ¡Cómo nos ardían las palabras de Dolores!
Cómo arden, arden
Mientras van a morir empavesadas las palabras
Leñosas o verdes palabras
Palabras, maraña de palabras. Ochenta y tantos años de persistencia literaria. Ochenta y tantos años, iniciados aquí, en Aguas.
Aguascalientes, Zacatecas; Zacatecas, Aguascalientes, disputándose, envidiosas, su infancia. Infancia en lo agreste, infancia de violencia cristera. Infancia de incertidumbre; confusión de temores y aventuras. Infancia enfrentada entre el liberalismo paterno y el conservadurismo materno. Infancia de provincia. Provincia siempre añorada. Provincia de aburrimiento que, en momentos, le provocó la cavilación:
Todavía sigo creyendo que la provincia es la verdadera alma de México. La provincia es aburrida, pero el aburrimiento es algo que uno no debería de rechazar. Cuántas tardes de aburrimiento en domingo me hicieron a mí pensar en tantas cosas.
Aburrimiento que se fue diluyendo en la ciudad capital. Su hogar, siempre itinerante, deambulaba entre la Guerrero, las Lomas y la del Valle. Hogar de cinco hermanas. Hogar en el que el libro se convirtió en pilar central:
Mi padre, cuando estaba de buen humor, nos traducía del alemán cuentos. Era de pocas palabras y de mucho pensamiento y sensibilidad.
Algunos libros clásicos propiedad del señor Castro propiciaron su interés. Las lecturas del padre la tentaron hacia la literatura… entonces, Dolores comenzó a leer, a penetrar en el vasto mundo de las letras ¿Y cómo?, ingresando a la universidad, aunque para ello hubiese que caminar a contracorriente, por el solo hecho de ser mujer: “No faltaba quien le dijera a uno: las mujeres a la cocina”.
Pero no importaba. Juventud agitada, juventud que todo lo puede. Su juventud, caudal de vibraciones, de palpitaciones, de exaltaciones:
Mi juventud se tiende como el ala
rígida y negra de una golondrina.
Se me estremecen muy espesos árboles
y me duelen las aguas más tranquilas.
Juventud dispersa entre las Facultades de Filosofía y Derecho. Sí, había que estudiar leyes ante el temor del padre que “consideraba con toda razón que yo con la literatura no iba a vivir económicamente”.
Pero no fue así. Dolores optó por la pluma para dedicar sus tiempos a la tarea de escribir. Así salió su primera publicación, a la cual ahora juzga como un texto con “demasiadas frases”. En El corazón transfigurado (1949), separata de la revista América y publicada por la SEP, bajo la dirección de Efrén Hernández y Marco Antonio Millán, Dolores vertió sus veintiséis años repletos de emoción:
El aire lame mis heridos huesos
como enorme animal enloquecido;
el cielo, espada azul sobre mis ojos,
penetra desmembrado y fugitivo.
Y de ahí pa’l real, la poesía se apoderó de sus esencias, le absorbió sus momentos, se le convirtió en necesidad:
Siempre hay alguna necesidad. Uno despierta oyendo un rumor que se tiene que concretar en palabras y luego a organizarlo a una estructura de poemas. La poesía es una necesidad todavía, pero en aquella época era todo, era una forma de decir: yo sigo viviendo y sigo estando presente como yo misma, no fragmentada.
Necesidad de compartir sus escritos con el “Grupo de los Ocho”, con Javier, con sus alumnos y alumnas y con muchos más. Poesía expandida y gozada en talleres, en clases, en círculos literarios o en programas radiofónicos. Poesía esparcida en diferentes espacios y tiempos:
Creo que la poesía es esencia, es ese puente o esa capacidad de la creatividad, de la inteligencia, de la imaginación para ordenar el mundo, porque uno se encuentra con la realidad, pero la realidad es muy desordenada.
Poesía, vínculo de unión entre Dolores y Rosario. Amistad empática, cariño sembrado desde la secundaria. Rosario, la hija solitaria de la familia Castellanos, refugiándose constantemente en la calidez del hogar de Dolores. Rosario y Dolores compartiendo poesía y algo más. Rosario y Dolores transportándose por el ferrocarril de vía angosta rumbo a Guatemala en compañía de Ernesto Cardenal. Rosario y Dolores en Jalapa, en Rapallo, en Nápoles, en Roma buscando a Gabriela, solitaria Mistral de ojos claros y admirada por ambas por sus escritos “en contra de los gringos, contra los sinvergüenzas dictadores de Centro y Sudamérica, en contra del capitalismo”. Rosario y Dolores en un café parisino, donde coincidieron con Sartre y Simone de Beauvoir. Unidad de ambas, ruptura de silencios, inherencia de vida… hasta que Rosario partió.
A cabezadas rompo este silencio
porque terca es la sed.
Y yo, bajo la tempestad,
estoy sedienta.
Y también, en incesante acompañamiento, Javier. El compañero de vida, el luchador social, el hombre sensible y consecuente. Javier Peñalosa, editorialista del diario Excélsior en época de Julio Scherer, argumentista, conocedor y maestro de la lengua española, compartía la vida con Dolores. Querencia recíproca. Empatía literaria y “de todo tipo”. “Queso y vino” para todo aquel alumno que lo visitara en casa. Colega en el trabajo y siete hijos e hijas a quienes había que mantener por medio de una singular actividad:
Yo trabajaba pero no aparte de la casa, con trabajos que diría la gente: “pero ¡por Dios!”. Sin embargo, eran los trabajos que daban un poco de dinero. Hacía los globitos de las historietas y hacer esos globitos era una labor verdaderamente difícil. Él hacía los guiones y ya luego había un dibujante, pero él daba todos los globitos y las partes de abajo. Además, era genial mi marido porque decía: “Voy a hacer la vida de un santo”. Leía y en tres días hacía el guión.
Lorenzo y Pepita, El Conejo de la Suerte, la Pequeña Lulú y hasta Mickey Mouse; Leyendas de América y Vidas Ejemplares. Personajes y escenas animadas en diálogo por la pluma de Javier y de Dolores. Pero a Javier el tiempo se le agotó. Se marchó con la herida inmisericorde que le provocó la sangre del 68. Ante la consternación, la partida. Entonces, la viudez, oscuridad ensanchada ante la ausencia. Dolor hondo. Dolor intenso de Dolores.
Amontono las piedras ardientes
en torno de tu imagen
y me quiero apartar, alejarme,
ya no pensar en ti.
Pero quedo atrapada
recordando
el tibio trato tuyo
sol nuevo y más hermoso cada día
y luego tus acciones
de corte delicado y sorpresivo
más allá de medidas mensurables.
Desmantelar el plural para asumirse en singular. Y a la burocracia… a incrementar los ritmos de trabajo. A “tragarse las lágrimas” ante la ausencia. Había que mantener el hogar. A colocarse a cuestas la rutina intensificada: el Seguro Social, la universidad, la Carlos Septién. Deambular del metro Sevilla a la estación de Balderas. Cansancio y tedio. “La mitad de la vida en autobuses”. La pobreza rondaba, molestaba, acechaba:
Como le decía yo a la directora de Prestaciones Sociales: puedo soñar mucho, pero no puedo resolver mediante mis formas de soñar que mi hijo ya no tiene zapatos. Ahí sí hay que entrarle a la realidad.
Ni modo, a la burocracia, al Comité de Adquisiciones a elaborar minutas, a colmarse de expedientes, cifras y formatos; a rodearse de espectros conformistas en torno al día de pago y a la jubilación. Burocracia que ahoga a la creatividad.
Allá, en las jaulas de oro, los burócratas
del turno vespertino
van tras el humo de sus cigarrillos
fuera de las ventanas.
Ha pasado la hora del café
y del último chisme subido de color.
Los pálidos del ocio
también miran caer la tarde,
mientras todos nos preguntamos:
¿por qué y para qué?
Burocracia aplastante, apabullante, asfixiante. Burocracia que devora sensibilidades, pero no la de Dolores. Su pasión, ajena a los formatos, se fue escapando de los archivos en gris.
Dolores se permitió el lujo de la libertad: “Es bonito llegar a vieja, soy mucho más libre. Tengo que usar mi bastón pero puedo hacer lo que quiero. Ya nomás me tengo que dar mis propias normas, que no son muchas”.
Dolores nunca contó con dinero ni con una “habitación propia” para dedicarse a la escritura, como lo sugería Virginia Woolf. Sin embargo, Dolores engrandeció sus horizontes por medio de la poesía. En diferentes momentos se aferraba al papel y a la pluma, ya fuera en la cocina, en algún rincón de la sala o en el baño para encontrarse con su ser. Al final, la “habitación propia” que la llevó a agigantar su palabra, ha estado siempre en su interior.
Las palabras
agujeros negros
música de tinieblas
piedras lanzadas sobre las conciencias
amplias como un atrio
en donde todos los vientos se dan cita.
· Adaptación de un texto publicado en agosto de 2003 en el suplemento zacatecano “Trópico de Cáncer”.
Por Eva Terán Fuentes
Charla, a ratos, de Dolores Castro con Juan Pablo de Ávila, Francisco Martínez Farfán, José Luis Justes, Carolina Barrera, Claudia Santana, Oscar Santos y Eva Terán durante su visita a Aguascalientes en el marco de los homenajes efectuados con motivo de su octogésimo aniversario en 2003.
Una mañana de junio. Año de 2003.
Allá, en las entrañas de la Casa Terán, la palabra de Dolores se diseminaba lentamente en las sensibilidades de quienes la rodeábamos.
Ambiente silenciado por la palabra. ¡Cómo nos ardían las palabras de Dolores!
Cómo arden, arden
Mientras van a morir empavesadas las palabras
Leñosas o verdes palabras
Palabras, maraña de palabras. Ochenta y tantos años de persistencia literaria. Ochenta y tantos años, iniciados aquí, en Aguas.
Aguascalientes, Zacatecas; Zacatecas, Aguascalientes, disputándose, envidiosas, su infancia. Infancia en lo agreste, infancia de violencia cristera. Infancia de incertidumbre; confusión de temores y aventuras. Infancia enfrentada entre el liberalismo paterno y el conservadurismo materno. Infancia de provincia. Provincia siempre añorada. Provincia de aburrimiento que, en momentos, le provocó la cavilación:
Todavía sigo creyendo que la provincia es la verdadera alma de México. La provincia es aburrida, pero el aburrimiento es algo que uno no debería de rechazar. Cuántas tardes de aburrimiento en domingo me hicieron a mí pensar en tantas cosas.
Aburrimiento que se fue diluyendo en la ciudad capital. Su hogar, siempre itinerante, deambulaba entre la Guerrero, las Lomas y la del Valle. Hogar de cinco hermanas. Hogar en el que el libro se convirtió en pilar central:
Mi padre, cuando estaba de buen humor, nos traducía del alemán cuentos. Era de pocas palabras y de mucho pensamiento y sensibilidad.
Algunos libros clásicos propiedad del señor Castro propiciaron su interés. Las lecturas del padre la tentaron hacia la literatura… entonces, Dolores comenzó a leer, a penetrar en el vasto mundo de las letras ¿Y cómo?, ingresando a la universidad, aunque para ello hubiese que caminar a contracorriente, por el solo hecho de ser mujer: “No faltaba quien le dijera a uno: las mujeres a la cocina”.
Pero no importaba. Juventud agitada, juventud que todo lo puede. Su juventud, caudal de vibraciones, de palpitaciones, de exaltaciones:
Mi juventud se tiende como el ala
rígida y negra de una golondrina.
Se me estremecen muy espesos árboles
y me duelen las aguas más tranquilas.
Juventud dispersa entre las Facultades de Filosofía y Derecho. Sí, había que estudiar leyes ante el temor del padre que “consideraba con toda razón que yo con la literatura no iba a vivir económicamente”.
Pero no fue así. Dolores optó por la pluma para dedicar sus tiempos a la tarea de escribir. Así salió su primera publicación, a la cual ahora juzga como un texto con “demasiadas frases”. En El corazón transfigurado (1949), separata de la revista América y publicada por la SEP, bajo la dirección de Efrén Hernández y Marco Antonio Millán, Dolores vertió sus veintiséis años repletos de emoción:
El aire lame mis heridos huesos
como enorme animal enloquecido;
el cielo, espada azul sobre mis ojos,
penetra desmembrado y fugitivo.
Y de ahí pa’l real, la poesía se apoderó de sus esencias, le absorbió sus momentos, se le convirtió en necesidad:
Siempre hay alguna necesidad. Uno despierta oyendo un rumor que se tiene que concretar en palabras y luego a organizarlo a una estructura de poemas. La poesía es una necesidad todavía, pero en aquella época era todo, era una forma de decir: yo sigo viviendo y sigo estando presente como yo misma, no fragmentada.
Necesidad de compartir sus escritos con el “Grupo de los Ocho”, con Javier, con sus alumnos y alumnas y con muchos más. Poesía expandida y gozada en talleres, en clases, en círculos literarios o en programas radiofónicos. Poesía esparcida en diferentes espacios y tiempos:
Creo que la poesía es esencia, es ese puente o esa capacidad de la creatividad, de la inteligencia, de la imaginación para ordenar el mundo, porque uno se encuentra con la realidad, pero la realidad es muy desordenada.
Poesía, vínculo de unión entre Dolores y Rosario. Amistad empática, cariño sembrado desde la secundaria. Rosario, la hija solitaria de la familia Castellanos, refugiándose constantemente en la calidez del hogar de Dolores. Rosario y Dolores compartiendo poesía y algo más. Rosario y Dolores transportándose por el ferrocarril de vía angosta rumbo a Guatemala en compañía de Ernesto Cardenal. Rosario y Dolores en Jalapa, en Rapallo, en Nápoles, en Roma buscando a Gabriela, solitaria Mistral de ojos claros y admirada por ambas por sus escritos “en contra de los gringos, contra los sinvergüenzas dictadores de Centro y Sudamérica, en contra del capitalismo”. Rosario y Dolores en un café parisino, donde coincidieron con Sartre y Simone de Beauvoir. Unidad de ambas, ruptura de silencios, inherencia de vida… hasta que Rosario partió.
A cabezadas rompo este silencio
porque terca es la sed.
Y yo, bajo la tempestad,
estoy sedienta.
Y también, en incesante acompañamiento, Javier. El compañero de vida, el luchador social, el hombre sensible y consecuente. Javier Peñalosa, editorialista del diario Excélsior en época de Julio Scherer, argumentista, conocedor y maestro de la lengua española, compartía la vida con Dolores. Querencia recíproca. Empatía literaria y “de todo tipo”. “Queso y vino” para todo aquel alumno que lo visitara en casa. Colega en el trabajo y siete hijos e hijas a quienes había que mantener por medio de una singular actividad:
Yo trabajaba pero no aparte de la casa, con trabajos que diría la gente: “pero ¡por Dios!”. Sin embargo, eran los trabajos que daban un poco de dinero. Hacía los globitos de las historietas y hacer esos globitos era una labor verdaderamente difícil. Él hacía los guiones y ya luego había un dibujante, pero él daba todos los globitos y las partes de abajo. Además, era genial mi marido porque decía: “Voy a hacer la vida de un santo”. Leía y en tres días hacía el guión.
Lorenzo y Pepita, El Conejo de la Suerte, la Pequeña Lulú y hasta Mickey Mouse; Leyendas de América y Vidas Ejemplares. Personajes y escenas animadas en diálogo por la pluma de Javier y de Dolores. Pero a Javier el tiempo se le agotó. Se marchó con la herida inmisericorde que le provocó la sangre del 68. Ante la consternación, la partida. Entonces, la viudez, oscuridad ensanchada ante la ausencia. Dolor hondo. Dolor intenso de Dolores.
Amontono las piedras ardientes
en torno de tu imagen
y me quiero apartar, alejarme,
ya no pensar en ti.
Pero quedo atrapada
recordando
el tibio trato tuyo
sol nuevo y más hermoso cada día
y luego tus acciones
de corte delicado y sorpresivo
más allá de medidas mensurables.
Desmantelar el plural para asumirse en singular. Y a la burocracia… a incrementar los ritmos de trabajo. A “tragarse las lágrimas” ante la ausencia. Había que mantener el hogar. A colocarse a cuestas la rutina intensificada: el Seguro Social, la universidad, la Carlos Septién. Deambular del metro Sevilla a la estación de Balderas. Cansancio y tedio. “La mitad de la vida en autobuses”. La pobreza rondaba, molestaba, acechaba:
Como le decía yo a la directora de Prestaciones Sociales: puedo soñar mucho, pero no puedo resolver mediante mis formas de soñar que mi hijo ya no tiene zapatos. Ahí sí hay que entrarle a la realidad.
Ni modo, a la burocracia, al Comité de Adquisiciones a elaborar minutas, a colmarse de expedientes, cifras y formatos; a rodearse de espectros conformistas en torno al día de pago y a la jubilación. Burocracia que ahoga a la creatividad.
Allá, en las jaulas de oro, los burócratas
del turno vespertino
van tras el humo de sus cigarrillos
fuera de las ventanas.
Ha pasado la hora del café
y del último chisme subido de color.
Los pálidos del ocio
también miran caer la tarde,
mientras todos nos preguntamos:
¿por qué y para qué?
Burocracia aplastante, apabullante, asfixiante. Burocracia que devora sensibilidades, pero no la de Dolores. Su pasión, ajena a los formatos, se fue escapando de los archivos en gris.
Dolores se permitió el lujo de la libertad: “Es bonito llegar a vieja, soy mucho más libre. Tengo que usar mi bastón pero puedo hacer lo que quiero. Ya nomás me tengo que dar mis propias normas, que no son muchas”.
Dolores nunca contó con dinero ni con una “habitación propia” para dedicarse a la escritura, como lo sugería Virginia Woolf. Sin embargo, Dolores engrandeció sus horizontes por medio de la poesía. En diferentes momentos se aferraba al papel y a la pluma, ya fuera en la cocina, en algún rincón de la sala o en el baño para encontrarse con su ser. Al final, la “habitación propia” que la llevó a agigantar su palabra, ha estado siempre en su interior.
Las palabras
agujeros negros
música de tinieblas
piedras lanzadas sobre las conciencias
amplias como un atrio
en donde todos los vientos se dan cita.
· Adaptación de un texto publicado en agosto de 2003 en el suplemento zacatecano “Trópico de Cáncer”.
CUESTIONARIO “LT” A DOLORES CASTRO VARELA
¿Qué palabra utiliza con más frecuencia?
-Vivir.
-Vivir.
Último libro que encontró admirable.
-Memoria de los cuerpos, poemas de Max Rojas.
¿Y qué película?
-No veo mucho cine.
¿Qué disciplina artística le gusta, además de la suya?
-Me interesan mucho las artes plásticas y la música.
¿Qué música le conmueve?
-Toda: clásica y popular, jazz y blues.
¿Qué le indigna?
-La injusticia me indigna poderosamente, y no especialmente contra mí.
¿Y qué le alegra?
-Vivir me alegra.
¿Por qué ciudad siente especial debilidad?
-Siento debilidad por dos ciudades que fueron un solo estado: Zacatecas y Aguascalientes, donde nací; pero también amo los estados de Chiapas, Oaxaca, Tamaulipas, Durango, San Luis Potosí, Tabasco, Campeche, Colima, Veracruz (así en desorden).
¿Qué momento del día le es especial?
¿Qué momento del día le es especial?
-Disfruto particularmente el despertar, la mañana.
¿Cómo descubrió su vocación?
- Descubrí mi vocación al contemplar de niña, desde el vuelo de las moscas, en el aire transparente, hasta las constantes preguntas sin respuesta sobre las casas derruidas que me rodeaban por todas partes en Zacatecas, o los nuevos tallos de las plantas cuando visitaba el rancho en Calera, Zac.¿Se identifica con algún personaje de ficción?-Quizá con cualquier personaje de ficción mientras leo, ya que al leer me tiro de clavado en la lectura. Como tengo muchos años, mi personaje de ficción, yo, no aparezco ni en la única novela que escribí.
- Descubrí mi vocación al contemplar de niña, desde el vuelo de las moscas, en el aire transparente, hasta las constantes preguntas sin respuesta sobre las casas derruidas que me rodeaban por todas partes en Zacatecas, o los nuevos tallos de las plantas cuando visitaba el rancho en Calera, Zac.¿Se identifica con algún personaje de ficción?-Quizá con cualquier personaje de ficción mientras leo, ya que al leer me tiro de clavado en la lectura. Como tengo muchos años, mi personaje de ficción, yo, no aparezco ni en la única novela que escribí.
OJO RAJADO
Poema con y para Dolores Castro
Juan Pablo de Ávila
Para Sinú Romo.
A veces ya no cabe en lo posible
lo que sucede aquí:
en vez de pecho a pecho por el amor fundidos ... ”
Dolores Castro.
I
“Detén este cordel mientras los ato.”*
Todos, atados, corremos sin rostro.
Y cada uno nos ahorcamos con el pasado
partido de los pobres y cometa
silla, mesa y el despertador a una mañana.
Conocí de él como quien abre su detalle,
enciende su cerillo; el más íntimo, el más querido,
como quien desabotona la noche
y le da monedas a la profundidad del silencio.
Era de los que perseguían tomar el cielo por asalto
era de los que toman el horizonte con metralla
era de los que no duermen ante las puertas.
“Deben atarse bien, de dos en dos, dedos pulgares.”*
Debe atarse bien la retina cobarde
para que aparezca asfixiado a las orillas de un río maloliente y triste. Choque de los sueños.
“Sólo te digo que tengas el cordel,
no que les mires a los ojos.
Sólo se trata de colgarlos de los dedos
y que hablen.”*
II.-
“¿Y qué quieres? Este no habla.”*
Somos el ahorcado que ahorcándose nos crea.
Aún nos exigen que hablemos.
Somos él y su hilarante sonrisa
tirado ante el río tiritante:
“Este es de esos desgraciados
que se tragan el miedo de un bocado.”*
De los que salen con ristre
de ésos nunca ceniza.
Siempre fuego y abrevadero.
Éste es de ésos...
Sin fugaz agalla rodante, puñado de olas, corazón desvelado, costilla siempre cayendo, escupiendo, cogiendo el remolino, llanto...
yo no me atrevo a mirar, hijo que espera el pellizco, pecho tembloroso de la amistad, amigo olvidado, libro que golpea la avenida donde los semáforos han alocado...
III.-
Háblame para que me duela el silencio
Porque... “Duelen los dedos, duelen.
Los pulgares.”* Duele este roble esclavo,
tanta distancia.
Cometa de surcos,
vacío lloroso y tiempo...
Enséñame los dedos perpetuos
los que siguen colgados, atados.
¿Cuándo la temporada para que el dolor florezca?
¿A dónde subir las anclas del riesgo?
Pero aún resolviendo las preguntas, duele:
“Y duele
que se acerquen a ver cómo nos duele
y duele
que esto
ya no le duela
a nadie.”*
* Poema “Tríptico” de Dolores Castro.
Juan Pablo de Ávila
Para Sinú Romo.
A veces ya no cabe en lo posible
lo que sucede aquí:
en vez de pecho a pecho por el amor fundidos ... ”
Dolores Castro.
I
“Detén este cordel mientras los ato.”*
Todos, atados, corremos sin rostro.
Y cada uno nos ahorcamos con el pasado
partido de los pobres y cometa
silla, mesa y el despertador a una mañana.
Conocí de él como quien abre su detalle,
enciende su cerillo; el más íntimo, el más querido,
como quien desabotona la noche
y le da monedas a la profundidad del silencio.
Era de los que perseguían tomar el cielo por asalto
era de los que toman el horizonte con metralla
era de los que no duermen ante las puertas.
“Deben atarse bien, de dos en dos, dedos pulgares.”*
Debe atarse bien la retina cobarde
para que aparezca asfixiado a las orillas de un río maloliente y triste. Choque de los sueños.
“Sólo te digo que tengas el cordel,
no que les mires a los ojos.
Sólo se trata de colgarlos de los dedos
y que hablen.”*
II.-
“¿Y qué quieres? Este no habla.”*
Somos el ahorcado que ahorcándose nos crea.
Aún nos exigen que hablemos.
Somos él y su hilarante sonrisa
tirado ante el río tiritante:
“Este es de esos desgraciados
que se tragan el miedo de un bocado.”*
De los que salen con ristre
de ésos nunca ceniza.
Siempre fuego y abrevadero.
Éste es de ésos...
Sin fugaz agalla rodante, puñado de olas, corazón desvelado, costilla siempre cayendo, escupiendo, cogiendo el remolino, llanto...
yo no me atrevo a mirar, hijo que espera el pellizco, pecho tembloroso de la amistad, amigo olvidado, libro que golpea la avenida donde los semáforos han alocado...
III.-
Háblame para que me duela el silencio
Porque... “Duelen los dedos, duelen.
Los pulgares.”* Duele este roble esclavo,
tanta distancia.
Cometa de surcos,
vacío lloroso y tiempo...
Enséñame los dedos perpetuos
los que siguen colgados, atados.
¿Cuándo la temporada para que el dolor florezca?
¿A dónde subir las anclas del riesgo?
Pero aún resolviendo las preguntas, duele:
“Y duele
que se acerquen a ver cómo nos duele
y duele
que esto
ya no le duela
a nadie.”*
* Poema “Tríptico” de Dolores Castro.
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